Las Naciones Unidas designaron el primer lunes de octubre de cada año como Día Mundial del Hábitat, para reflexionar sobre el estado de nuestros pueblos y ciudades y sobre el derecho básico de todos a una vivienda adecuada.
Las ciudades y los asentamientos humanos son el lugar donde interactuamos social, cultural, política y económicamente, y donde nos desarrollamos como seres humanos. Modelan nuestra forma de vida.
Las urbes están afrontando desafíos demográficos, después de que se haya producido un traslado sin precedentes del mundo rural al urbano. Se espera que en 2030, un 60% de la población mundial resida en áreas urbanas, especialmente en regiones de África, Asia y América Latina. En ausencia de una adecuada planificación urbana, las consecuencias del rápido desarrollo de las ciudades pueden ser trágicas.
En muchos lugares, los efectos de una mala política de urbanización se están notando ya con la falta de viviendas apropiadas y la creación de zonas deprimidas y sin infraestructuras, lo que fomenta la pobreza, el desempleo, la delincuencia, la contaminación y los problemas de salud pública, así como respuestas insuficientes ante los desastres naturales o catástrofes debidas a los efectos del cambio climático.
Teniendo estos retos en mente, los líderes mundiales crearon en 2015 el Objetivo número 11 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que propone la creación de urbes inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles.
Este día tiene la intención de recordar al mundo que todos tenemos el poder y la responsabilidad de moldear el futuro de nuestras ciudades y nuestros pueblos.