Las montañas son esenciales para nuestras vidas. Casi mil millones de personas viven en zonas montañosas, y más de la mitad de la población del planeta depende de las montañas para abastecerse de agua, alimentos y energía renovable. Sin embargo, las montañas están amenazadas por el cambio climático, la degradación de los suelos, la sobreexplotación y los desastres naturales, con consecuencias potencialmente devastadoras y de largo alcance, tanto para las comunidades de montaña como para el resto del mundo.
Las montañas son los primeros indicadores del cambio climático y, a medida que el globo terráqueo se calienta, los habitantes de las alturas —entre los más hambrientos y pobres del mundo— se enfrentan a más dificultades para sobrevivir. El aumento de las temperaturas también significa que los glaciares de montaña se derriten a niveles sin precedentes, afectando los suministros de agua dulce de millones de personas. Las gentes de las montañas han acumulado, sin embargo, una gran cantidad de conocimientos y estrategias a lo largo de generaciones para adaptarse a la variabilidad climática.
Este año queremos crear un gran movimiento social que lleve las cuestiones de la montaña a los ámbitos en los que los políticos adoptan decisiones. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha creado una campaña mundial, con una estrategia en las redes sociales y actos en todo el mundo, con el objetivo de concienciar sobre la desatención actual sobre las montañas y los pueblos que las habitan.